El tiempo empuja pero la certeza te alcanza
cúbrete el rostro que ya no es tuyo
te miras las manos
y están llenas de caminos que no quieres recorrer.
La habitación se inunda
por favor: silencio
ruegas
pero no hay manera
han decidido pronunciar todas las palabras
por orden alfabético.
Tu voz se repite
pero suena a viento
y hace que el agua se arrugue.
Y así
por la humedades más lejanas
se pronuncia tu sentencia
tantas veces repetida.